En el marco de la celebración del V centenario del
nacimiento de Sta. Teresa de Jesús, en el Año de la
Vida consagrada, la familia de Carmelitas Misioneras Teresianas, Miembros del Grupo MILPA y amigos nos hemos reunido en torno a Hna. Teresa Mira García, cmt, para recordar y celebrar el 75 aniversario de su entrada en el cielo.
Acerca
de su muerte, su hermana Magdalena Mira, cmt, nos ha dejado un largo testimonio
lleno de emoción de sus últimos momentos:
“Sentías la
necesidad de dejar este mundo y entregarte para siempre al Amado. Tu cuerpo
estaba ya tan extenuado y consumido que nada le quedaba por perder. Sólo te
quedaba el corazón colgado dentro, se supone que sostenido por el amor. Aquí
tienes hermana mía el martirio que tanto anhelabas cuando decías: “No tendremos
la suerte de ser mártires”.
Llegó la noche del
día 26 de febrero de 1941, a las once, desaparecieron los mareos y los ahogos,
quedándote una respiración tranquila y normal. La lucha estaba concluida. Dos
horas estuviste con esta respiración de paz; y a la una de la mañana del día
26, miércoles de ceniza, dejabas de
existir entregando tu alma al Creador…”
(Otro
testimonio)[i]
“Novelda
vibró silenciosamente con el alma de esta monja que regaba de paz los
alrededores de su existencia y la existencia de quienes en ella encontraban un
silencio acogedor o una palabra y gesto que conmovían las entrañas de las
gentes.
Ni una palabra de más. Ni un solo desacuerdo
entre su fe y su manera de ser cristiana. Los días de la guerra fueron malos
días. El hambre rondaba las calles de la pequeña ciudad de Novelda. Teresa daba
el pan que no tenía y las palabras de amor que siempre encontraba a punto para
consolar a los más tristes
Luego, cuando le tocó morirse porque la vida
le había destrozado toda resistencia, ella se murió con la paz y el sosiego con
que terminan de entregar el alma aquellos
que ya la han ido entregando mientras vivían. El pueblo sintió que se le había
roto el corazón cuando la enterraron a ella. Y ella, como a veces había dicho,
siguió viviendo entre las gentes porque lo suyo fue estar siembre cerca de
quienes más la necesitaran”.
En su sencillez,
Teresa Mira García, ha dejado una estela
luminosa que entronca directamente con el carisma palautiano: "amar a Dios
y a los hermanos porque son su imagen”
“Hacerles el bien gratuitamente y siempre”
A lo largo de todo este año, queremos dar gracias a Dios por el regalo que
ha hecho a la humanidad y a la Iglesia con su vida, y le pedimos nos regale un
pedazo de su ternura. Ya lo ha dicho el Papa Francisco: "La ternura nos hace bien". y necesitamos vidas como las
de H. Teresa, que nos enseñen, sin demasiado ruido, con su testimonio callado, lo
que todas y todos anhelamos vivir: amor, cordialidad, alegría, sencillez…Son
valores eternos que alumbran las sombras de la vida, calientan el alma y nos
animan a ser cada día un poco mejores.
¡Gracias Hna. Teresa por tu testimonio
de bondad y tu vida llena de luz!
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Sepulcro de Hna. Teresa Mira García, cmt, Colegio de Sta. María Magdalena de Novelda, Alicante |
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Sobrinas de Hna. Teresa Mira García, cmt, hijas de su hermano Luis, y tres hijas de estas que asistieron gozosas y emocionadas a todos los actos celebrados |