Solo hay que mirarle a los ojos para
descubrir su bondad y cercanía. Teresa Mira es una persona de aquellas con las
que te sientes bien, el encuentro, el trato con ella, no requiere llamada de
permiso....
A la Hna. Teresa se la conoce en el pueblo de Alcalá de Chisvert, adonde ha
llegado un poco enferma, para cuidar de su salud, como: la madre de los
parvulitos. No sabe medirse cuando se trata de su persona.. Se entrega a los
niños con alma y vida, solo entiende el lenguaje del darse calladamente, sin
ruido. Lo saben las hermanas de su comunidad que se pueden fiar de ella y
pedirle lo que necesiten, lo saben las madres que llevan sus hijos a la
clase de Hna. Teresa y, a pesar de que ésta les dice que son demasiados, que no
puede admitir más, le responden: “Ud. verá lo que hace, yo aquí se lo dejo”… lo
sabe la Hna. Anita, ya anciana, que tiene que sacar agua del aljibe, y allá va
Teresa a echarle una mano; ¡qué contentas quedan las dos! ¿sabes Teresa? Eres un
sol, si no fuera por ti...y las dos sonríen felices porque las cosas entre
hermanas son así de sencillas. Jesús, el Maestro contempla y bendice, a Él le
gusta esta clase de ternura, de la buena, aquella que se reparte simplemente
porque sale del corazón y que no espera nada a cambio, ¿qué puede esperar? le
basta la amistad y la alegría del otro. Ya lo ha dicho el Papa Francisco:
"Cuidad la amistad entre vosotras, la vida de familia, la ternura nos hace
bien". Y es que corren unos tiempos en que el egoísmo estéril, el
individualismo y el “yo más” se nos meten por los huesos, y necesitamos vidas
como las de Hna Teresa Mira, que nos enseñen, sin demasiado ruido, con su
testimonio callado, lo que todas y todos anhelamos vivir: amor, cordialidad,
alegría, sencillez…Son valores eternos que alumbran las sombras de la vida,
calientan el corazón y nos animan a ser cada día un poco mejores.
¡Gracias Hna. Teresa por tu testimonio de bondad y tu vida llena de
luz!
Lourdes Buil, cmt